Cómo trasplantar plantas a jardín y a maceta

Descubre en el blog de AromatikFlor cómo trasplantar plantas al jardín y a macetas.

Trasplantar una planta es una tarea sencilla en la teoría pero algo más delicada en la práctica ya que las raíces de las plantas son algo frágiles y una mala ejecución en su trasplante puede influir en el crecimiento y buena salud de la planta..
A continuación os damos algunos consejos que son indispensables a tener en cuenta antes de trasplantar nuestra planta.

Primero de todo es importante conocer la planta que queremos trasplantar porque hay plantas que toleran bien este cambio y a otras que por el contrario, les provocaría la muerte. Hemos de conocer si nuestra planta tiene un desarrollo óptimo suficiente para ser trasplantadas observando que tenga como mínimo, el segundo par de hojas ya que nos indica que tiene un buen desarrollo.

Un factor clave en este proceso es realizar el trasplante justo antes de la floración de la planta ya que si lo realizamos durante su proceso, seguramente frenaremos su crecimiento provocando la nula aparición de flor.

El clima también influye en su proceso, por eso es conveniente realizar el trasplante a finales de invierno justo antes de que empiece la primavera porque de esta manera le damos la oportunidad a la planta de iniciar su época de floración en su nuevo hábitat.
Otro factor importante es conocer el tipo de sustrato que queremos aplicarle ya que debemos cubrir las necesidades nutricionales de nuestra planta y depende del tipo de planta, del color de las hojas, el drenaje, entre otros factores, necesitarán un tipo u otro de sustrato.

Una vez tenemos decidido llevar a cabo el trasplante tenemos dos opciones, trasplantarla en un pavimento exterior (huerto o jardín) o bien trasplantarla en maceta.

Trasplantar a un jardín o un huerto

Pasos a seguir

Preparar el espacio escogido donde realizaremos el trasplante, removiendo el terreno y abonando correctamente con el sulfato adecuado que le permita una mejor obtención de nutrientes. Algunas opciones pueden ser la fibra de coco, el humus de lombriz y el fermento de ortiga que ayudan a una mejor adaptación de las raíces.

Hidratar el suelo antes del trasplante para que el shock del trasplante sea menor.

Es momento de sacar las plantas de las macetas, con mucho cuidado de no dañar ninguna parte y trasplantarlas al pavimento que previamente hemos preparado, hacer un hoyo lo suficientemente ancho y hondo para resguardar las raíces, teniendo en cuenta que la planta en unos meses crecerá y debemos pensar en el espacio destinado para ella. Al introducir la raíz completa en el suelo, se debe rellenar muy bien con tierra, cuidando que no quede nada expuesto.
Una vez trasplantada la planta debemos regar con bastante agua para que tome la hidratación apropiada.

¿Qué es el shock de trasplante?

Es el estrés que sufren algunas plantas cuando son trasplantadas, es importante minimizarlo a través de técnicas de trasplante adecuadas para que la planta se recupere rápidamente y se adapte a su nuevo hábitat.

¿Cómo podemos saber si nuestra planta sufre de shock de trasplante?

Es muy común ver las hojas de la planta quemadas, empezando como una coloración amarillenta del tejido de las hojas hasta que acaba volviéndose marrón y secándose. Otro síntoma es ver la hoja de la planta enrrollada o la caída prematura de ésta.

Trasplantar a una maceta

Pasos a seguir

Disponer del material necesario:

Maceta de un diámetro superior dependiendo del tamaño de la planta. El fondo del recipiente debe tener un agujero de drenaje de al menos 8 mm de diámetro. El nuevo tiesto debe ser mayor en amplitud y profundidad que el anterior. El macetero escogido debe contar con un respiradero en la base para que salga el exceso de agua.
Sustrato y material de drenaje (arcilla, grava, corteza de pino, etc) cuya función es separar el sustrato del agua estancada y sobrante del riego. Se vierte en la base de la maceta una capa de 4 a 6 cm para favorecer el drenaje del agua y evitar problemas de encharcamiento de la planta.
Tela geotextil como filtro entre la capa de drenaje y el sustrato. Así evitarás que el sustrato tapone los resquicios de la capa de drenaje. Procura elevar los bordes de la tela por la pared de la maceta. Te facilitará la extracción de la planta en próximos trasplantes.
Tijeras de poda, tamiz, cultivador, sustrato de cultivo,EPI, guantes, vestuario de jardinería, pala plana, trasplantador, pala escardillo para poder romper los terrones duros, mullir la tierra y escardar malas hierbas y raíces, un cubo y una regadera para regar la planta recién plantada y empapar bien el sustrato.

Extracción de la planta

Voltear la antigua maceta que contiene la planta y golpear suavemente los bordes mientras sujetas la planta con la mano.
Tirar delicadamente de la base de los tallos hacia el exterior de la maceta con una mano mientras sujetas la maceta con la otra mano; extraer la planta y mojar el cepellón, si es necesario corta la maceta para liberar la planta.

Trasplante de la planta

Añade una capa de sustrato en el fondo de la maceta y coloca el cepellón en el centro procurando que su superficie esté de 4 o 5 cm por debajo del borde de la maceta y coloca la planta en la maceta.
Consolida el sustrato compactándolo haciendo presión en la tierra de manera que el cepellón quede bien enterrado sin presionar en exceso para permitir la permeabilidad de la tierra. Añade más sustrato si fuese necesario, añadiendo una fina capa de arcilla en gránulos para mantener una buena higrometría y un poco de abono en la superficie.

Tipos de sustrato que podemos escoger

Sustrato universal, para la mayoría de plantas, de interior y exterior, si no queremos comprar sustratos específicos.
Sustrato de huerto, abonada con guano, para favorecer la maduración del fruto.
Sustrato ácido, ideal para plantas que van a permanecer en zonas de sombra.
Sustrato de interior, para plantas destinadas a zonas de interior
Sustrato de cítricos, pensada para frutales como naranjos y limoneros.

Tipos de abonos que podemos escoger

Orgánicos: Son los más conocidos, no han sido alterados con ningún químico, son los abonos más “saludables” ya que han sido creados con elementos naturales y son respetuosos con el medio ambiente (el estiércol de caballo, guano, gallinaza, el mantillo, el humus de lombriz, palomina, compost, turba). Su principal ventaja es que, además de fertilizar enriquecen el suelo pero son bajos en nutrientes por lo tanto se debe usar más cantidad o complementarlo con otros abonos.
Fertilizantes químicos: Son sustancias químicas sintetizadas, ricas en nutrientes que favorecen el crecimiento de las plantas. Estos abonos pueden ser sólidos (en polvo, bolitas o gránulos) o líquidos. Hay diferentes marcas en el mercado y son también muy eficaces para fomentar la floración y el crecimiento, aunque poco recomendables para el eco-huerto. (Fertilizantes minerales convencionales, fertilizantes organominerales, fertilizantes de lenta liberación, abonos foliares, correctores de carencias).
Bioestimulantes: Aminoácidos, extractos de algas.
Minerales: azufre para bajar el pH del suelo, calcio para subir el pH del suelo, correctores de salinidad.